Una vasca por el sur
¡Hola a todos! Mi nombre es Julene Oyarzabal soy R1 de MFy C y como os podréis concluir por el nombre soy vasca, de San Sebastián. Cada vez que me presento, sale la famosa pregunta: ¿Y qué hace una vasca por el sur? Bueno pues como todo en la vida, hay muchas veces que las cosas no salen como uno espera ni había planeado, y menos enfrentándote a un examen MIR que por mucho que hayas estudiado nadie, ni nada te asegura que vayas a sacar el puesto que mereces y personalmente, en mi cabeza, durante la preparación del MIR eran muy pocas las posibilidades de acabar por el sur.
Después de haber realizado el MIR mi mentalidad cambió, me costó, pero cambió. El adaptarse a situaciones que no tenías planeadas y menos cuando la mayoría de nosotros, los médic@s, somos “cuadriculados” de naturaleza. No obstante, cuando haces ese clic en tu cabeza, aceptas y asimilas la nueva situación, coges las cosas de otra forma. Empiezas a mirar opciones, destinos, qué es lo que más puede adaptarse a ti o tú adaptarte a la nueva situación que te viene.
Cuando escogí Sevilla no era del todo consciente de lo que me venía encima, ese miedo y vértigo a lo desconocido, no saber si has escogido bien o si conseguirás adaptarte a todo lo nuevo …fue un momento único, salir de aquella sala con una sonrisa de oreja en oreja que tú solo podías verla por culpa de la mascarilla, salir corriendo como si te hubiese tocado la lotería…había conseguido plaza, después de tanto esfuerzo y sacrificio por fin la tenía. Fue una mezcla entre miedo y ganas de descubrir lo que venía.
Siempre se ha dicho que hay mucha diferencia entre el norte y el sur, que somos muy diferentes. Mentiría si os dijeses que somos iguales, pero me he dado cuenta que no somos tan diferentes como imaginamos.
Me ha costado adaptarme mucho menos de lo que pensaba, por no decir que no me ha costado casi nada. La calidez de la ciudad, gente y ambiente es única. Una ciudad accesible y cómoda para desplazarse y como bien dice la canción con un “color especial”. Bien es cierto, que he tenido la gran suerte de poder bajar desde el norte con una de mis mejores amigas, Andrea Ucin R1 de rehabilitación en HUVR y eso ha facilitado mucho todo el proceso. Pero, además, la fortuna de haberme podido cruzar por el camino con residentes tanto de 1º y 2º año de MFyC qué se han convertido como allí llamamos “la cuadrilla”.
No seré la primera ni la última a la que se le descuadraron los esquemas después de tanto trabajo y sacrificio, pero la actitud, mente abierta, quitarse el miedo y las ganas de hacer las cosas lo mejor que uno puede son base de los nuevos comienzos. Porque cuantas veces parece que las cosas no van a salir como uno espera, pero qué bonito puede llegar a ser lo inesperado.
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