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Mi R mayor, Isabel Terrón

Hola, mi nombre es Ana Galisteo Lucena y soy residente de primer año de medicina familiar y comunitaria.


Después de 6 años de grado y una interminable preparación MIR, no veía la hora de ser residente. Sin embargo, el día de la elección MIR las dudas persistían.


Siempre me había decantado por especialidades médicas, pero no terminaba de decidirme por una en concreto. La opción de medicina de familia siempre estaba presente, fundamentalmente por el hecho de tener una relación médico paciente más estrecha que en otras especialidades. No obstante, recibía muchos comentarios negativos sobre esta especialidad y por ello no estaba segura de la decisión que iba a tomar. A día de hoy no puedo estar más contenta de mi elección.


Para mí la medicina de familia es la especialidad más completa e integral, implica tener conocimiento de todas las especialidades médicas (incluso conocimientos quirúrgicos/técnicos), y además considerar la esfera psicosocial del paciente, a quien solemos conocer más que otros especialistas porque somos "su" médico.


Para hablaros un poco más de esta bonita especialidad he contado con la ayuda de mi residente mayor, Isa Terrón, quien ha guiado mi camino desde el principio y a día de hoy lo sigue haciendo.

 

-Hola Isa, ¿tenías claro que la medicina de familia era para ti?

Siempre me ha gustado mucho esta especialidad ya que he tenido la suerte de conocerla de cerca a través de mi madre, que es también médica de familia. He podido saber de primera mano en qué consiste, con sus pros y contras, ya que es una gran desconocida. Incluso con esta ventaja, he de reconocer que quizás en los primeros años del Grado me planteé optar por una especialidad hospitalaria como Medicina Interna, hasta que llegaron las prácticas y pude ver que mi sitio estaba a pie de calle. El hospitalocentrismo de la Universidad no deja hueco para la Medicina de Familia y Comunitaria, que tiene unas particularidades que no podrás encontrar en ninguna otra especialidad, y es una pena porque contribuye en gran medida a que sea una especialidad denostada y poco atractiva. Es imposible amar lo que no se conoce.

 

-¿Qué puntos positivos y negativos encuentras en esta especialidad?

Como puntos positivos: En AP (y esto son datos, no una opinión) se resuelven el 90% de los problemas de salud. Además, el vínculo médico-paciente que se genera, conocer los problemas no médicos que afectan a la salud de los pacientes (conocer a su familia, el entorno donde viven, incluso sus domicilios), dan una perspectiva diferente de los que es estar enfermo y lo que es la salud. Por otra parte, es una especialidad muy diversa y muy compleja, ya que requiere distinguir la enfermedad banal de la enfermedad grave en su forma de presentación más incipiente. Por otro lado, para quien tenga interés en aprender hay múltiples técnicas que pueden realizarse en primaria sin necesidad de escalar la problemática a atención secundaria, como pueden ser las infiltraciones, la cirugía menor, la dermatoscopia…

Como puntos negativos: la carga de trabajo y la inestabilidad de los contratos impiden que la atención primaria se desarrolle con todas sus herramientas.

 

- ¿Hay algún aspecto que te interese más que otro en la medicina familiar: urgencias, atención primaria, paliativos...?

Yo siento que mi lugar es la consulta de atención primaria, lo tengo claro; sin embargo, en mis primeros años de ejercicio no descarto un paso breve por la urgencia hospitalaria.

 

- Aparte de la medicina, ¿qué otros intereses o aficiones tienes?

Entre mis hobbies destacaría la lectura, la naturaleza, el deporte, y el cine.

 

- Echando la vista atrás, ¿cómo definirías tu evolución de R0 a R3 actualmente?

Es una pregunta difícil de responder. Estos dos años y (casi) medio se han pasado volando. De R1 prácticamente no sabes de qué va la película y te haces experto en supervivencia. De R2, cuando estás levemente más asentado, de repente eres Resi mayor y vuelves a entrar en crisis porque no te sientes preparado para ello. Ya por fin de R3 llega un momento en el que ves (aleluya) el final de los rotatorios hospitalarios, la vuelta al centro de salud y el cierre de la era de sentirse vivir siendo un visitante en los mil y un servicios donde has rotado. En ese momento te das cuenta de lo mucho que has aprendido, y sobre todo de lo mucho que te falta por aprender, especialmente sobre cómo aplicar todo lo que has aprendido con visión hospitalaria en tu consulta de Primaria.

 

- ¿Qué podemos hacer para cuidar la atención primaria? ¿Cómo podemos mejorarla?

Desafortunadamente, la Atención Primaria está viviendo un momento oscuro en su historia. Por este motivo, las nuevas generaciones de médicas y médicos de familia tenemos que tener claro que nosotros, junto a todo el personal del centro de salud, cumplimos un papel fundamental en mantenimiento y la promoción de la salud de la población, y es nuestro deber reivindicar y exigir que dicha responsabilidad se traduzca en los recursos acordes para ello.

 

- ¿Qué consejos darías para afrontar las temidas guardias?

Si tuviera que resumirlo en dos titulares serían: “Se sufre, pero se aprende” y “Todas las guardias acaban”. A partir de ahí, les diría a los nuevos residentes que trataran de mantener la templanza a pesar del miedo, que confiaran en sus conocimientos y que no duden nunca en preguntar lo que no se sabe, ya que tratamos con la salud de las personas y el miedo o la vergüenza de no saber no puede nunca prevalecer ante nuestras responsabilidades.


Gracias Isabel.



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