Entrevista a mi tutor de enfermería familiar y comunitaria
¡Hola! Soy Pilar Arribas Sanz, residente de Enfermería Familiar y Comunitaria en
el Centro de Salud San Luis de Sevilla. Mi tutor es Marco Antonio Zapata Sampedro, enfermero
y coordinador de enfermería del centro. Es el primer año que se desarrolla la especialidad en
Sevilla y ambos somos nuevos en esto, a través de esta entrevista quiero daros a conocer a mi
tutor y su visión sobre la especialidad y estos meses de residencia.
¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional?
Cursé mis estudios en la Universidad de Sevilla, en la promoción 1997-2000. Los primeros años
tuve ocasión de trabajar en distintos centros hospitalarios de la provincia, hasta que entré en el
distrito Sanitario de AP Sevilla en Febrero de 2005, en el cual llevo desde entonces, de manera
ininterrumpida, trabajando en diferentes unidades. Actualmente, llevo desde 2015 en la UGC
San Luis.
¿Qué es la Enfermería Familiar y Comunitaria para ti?
Es la ciencia y el arte de organizar el esfuerzo colectivo para la prevención de la enfermedad, la
promoción, la restauración o la conservación de la salud de los habitantes de una comunidad; o
también, el conjunto de actividades organizadas de la comunidad dirigidas a conseguir esos
mismos objetivos de la salud de una familia, comunidad o población. Es, de otra forma, un
enfoque comunitario de los cuidados de enfermería.
Subrayaría el papel de liderazgo que debe asumir la enfermera comunitaria en estas tareas,
dentro de un equipo multidisciplinar, en el marco de una atención integral, fomentando la
participación y la responsabilidad de las personas, de las familias y de la comunidad.
¿Cambiarías algo del modelo actual de Atención Primaria?
Realmente sería el desarrollo real (ideal) de la atención primaria, en el que confluyeran
verdaderas políticas para la salud en todos los ámbitos; la construcción de una verdadera
atención primaria de la salud sostenible y accesible; la formación especializada de los
profesionales en este ámbito, en este caso, las enfermeras; el empoderamiento y sensibilización
de individuos, familias y la comunidad; y una verdadera apuesta con las estrategias y políticas
sanitarias de protección de la salud individual, familiar y comunitaria.
Concretando, creo que existe un desequilibrio entre la atención a la enfermedad y la atención a
la salud. Es cierto que una de nuestras tareas en primaria es la atención a la demanda de un
usuario enfermo, o la indicación y realización de procedimientos diagnósticos y terapéuticos
para lo que se cuenta con unos recursos; pero no es menos cierto que otras de ellas son las
actividades de promoción, prevención, rehabilitación o reinserción individual, familiar o
comunitaria que tienen destinados muchos menos recursos de todo tipo.
Por otro lado, consideramos una parte muy importante de nuestro trabajo, por circunstacias
sociales, de salud, económicas, demográficas y de otra índole, la atención a la cronicidad, a la
fragilidad, a la pérdida de autonomía o a la dependencia. En cambio, existe un desequilibrio
(condicionado por el anterior, favorable a la enfermedad) con la atención continuada y
permanente a lo largo de la vida de las personas, que goza de menos recursos, cuando a muy
largo plazo, redundaría en mejores indicadores de salud al llegar a la última etapa de la vida.
En resumen, me gustaría que los centros de salud fueran precisamente más eso, centros de
salud, y no tanto centros de enfermedad.
En cualquier caso, no olvidaría nunca potenciar la atención a la familia, mejorar la forma en la
que nos relacionamos/ trabajamos con ellas, y que tuvieran impacto en la salud individual y
comunitaria. También que se potenciara otros aspectos fundamentales, como la docencia, o la
investigación, ahora que la pandemia ha cambiado la dinámica de la atención primaria,
aprovechar la salida de esta como una oportunidad de cambio, de mejora.
¿Qué te llevó a ser tutor de residentes? ¿Qué te está aportando?
La primera motivación es más general. Contribuir de alguna manera al desarrollo pleno y real
de esta especialidad, que favorecerá indudablemente ese cambio (espero que) profundo en
atención primaria que comentaba como tan necesario. Y también colaborar con la
implantación de la misma en nuestro distrito sanitario, puesto que no lograba entender que
una ciudad entre las cinco más pobladas del país no tuviera acceso a esta formación
especializada (y a otras).
En otros aspecto más profesionales, me motiva poder compartir, acompañar y crecer
profesionalmente al lado del residente, puesto que es una exigencia compartida para ambos,
también para el tutor. Por tanto, significa, además de compartir, afianzar conocimientos, y
poder exponer, reflexionar y avanzar en la adquisición / perfeccionamiento de competencias
propias de la enfermería familiar y comunitaria. Es una magnífica oportunidad para el
residente; y también para el tutor.
¿Te imaginabas que ser tutor sería así? ¿Volverás a ser tutor de residentes?
Este año está siendo muy complejo por la pandemia por el coronavirus y ha trastocado
cualquier actividad que realizamos en nuestro día a día. Mi percepción es muy positiva, aunque
no voy a negar que me gustaría haberlo podido disfrutar realizando una labor más cotidiana en
lo que es la atención primaria; en otras circunstancias.
Si la decisión fuera por la experiencia hasta ahora, claro que me gustaría serlo, aunque siempre
he sentido motivación para ello.
¿Qué le dirías a futuros residentes que se planteen la opción de venir a Sevilla a hacer la
especialidad?
Les comentaría que, a pesar de estar empezando a rodar nuestra especialidad en la provincia
de Sevilla, nos sentimos muy implicados y motivados para la formación de residentes de la
especialidad de enfermería familiar y comunitaria. Creo que se ha diseñado y se está
consolidando un itinerario formativo muy bonito y completo que dotará de las competencias
necesarias y bastante completa al futuro especialista para desempeñar su labor.
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