Entrevista D. Miguel Silva - CS Ciudad Expo
Mi nombre es Rafael de la Cruz, residente de primer año de Medicina Familiar y Comunitaria en el Distrito Sanitaria Aljarafe – Sevilla Norte, concretamente en el Centro de Salud ‘Ciudad Expo’. Dado que estos años atrás ya entrevistaron a mi tutor Miguel Sagristà, he decidido dar voz con esta entrevista a uno de los médicos más veteranos del centro de salud en el que desempeño mi actividad y una gran persona: Miguel Silva.
Acerca de ti.
Yo nací en Sevilla capital donde he estudiado siempre, tanto en el instituto como en la Facultad de Medicina de Sevilla. Desde entonces me he dedicado a la profesión de Médico de Atención Primaria. Terminé los estudios en el año 1978, me fui a hacer la mili que en aquella época se hacía y cuando volví en el año 1980 empecé a trabajar prácticamente recién llegado con algunos contratos discontinuos hasta que saqué mi plaza en propiedad, que fue muy pronto, a los 27 años.
Vocación por la medicina, desde cuándo y si hubo algún motivo desencadenante.
No especialmente, cuando estaba haciendo lo que entonces se llamaba Bachiller superior, en el último año tenía mis dudas porque quería hacer una carrera de ciencias, pero no tenía muy claro si algún tipo de ingeniería y al final me decanté por una carrera más intermedia, aunque siempre me ha gustado más el aspecto científico de la medicina, aunque después he desarrollado una faceta de humanidades dentro de ella, inicialmente lo que me llamó la atención fue su aspecto científico.
Opinión de Medicina de Familia como especialidad.
Creo que está bastante menospreciada por parte de los propios profesionales porque es la gran desconocida dentro de la asistencia especializada; cuando tienen contacto con nosotros se dan cuenta de la complejidad que tiene, de hecho, he tenido residentes de otras especialidades que han estado conmigo rotando y se han quedado absolutamente sorprendidos de la complejidad y del nivel técnico que se desarrolla tanto en esta especialidad como en cualquier otra. Creo que es algo a dignificar y a tener en cuenta el peso del sistema sanitario que recae sobre nuestras espaldas.
Perspectiva sobre la Medicina de Familia y su evolución en los últimos 30 años.
Ha cambiado muchísimo. Hemos pasado de ser personas que trabajábamos completamente aislados y que estábamos desperdigados con muy poca comunicación y, afortunadamente, desde los años 85-88, comenzó a modificarse en España la Atención Primaria, nos empezamos a agrupar en Centros de Salud, nos empezamos a comunicar los unos con los otros, y creo que eso nos ha potenciado, enriquecido y estimulado como profesionales porque estábamos un poco alejados, cada uno autoformándose y buscándose la vida. También le doy mucha relevancia al hecho de que, por ejemplo, en Mairena donde yo trabajo se convirtiera en centro docente y empezáramos a tener residentes de familia que yo creo que ha sido de las cosas más estimulantes para un centro de salud y que ahora también está un poco en retroceso porque el volumen de los que viene es menor, cuando en años anteriores estábamos acostumbrados a recibir entre 3-4 residentes por año, que nos estimulaba mucho a los tutores.
¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión? ¿Cambiarías algo?
Creo que lo que más me gusta de mi profesión es la atención a la persona directamente, y también lo que menos me gusta es eso, la atención a veces, que cuando es agradable es muy satisfactoria y cuando es desagradable es lo contrario. El aspecto humano es muy relevante y la gran satisfacción es la confianza que el paciente, en general, tiene en su médico de familia. Parece sorprendente que dentro de una medicina tan tecnificada a la hora de cualquier duda y/o apoyo rápidamente acudan a consultar, lo que también estimula mucho y da mucha alegría.
¿Se han cumplido tus expectativas profesionales?
A nivel económico no. Estamos terriblemente mal pagados desde el punto de vista de lo que sería el nivel de vida con respecto a lo que correspondería técnicamente, creo que estamos muy mal pagados. De hecho, cuando yo empecé a trabajar ganaba mucho más dinero que ahora. Ahora es un sueldo medio y que no se corresponde al grado de tecnificación, especialización, ni complejidad del trabajo ni mucho menos.
¿Qué te impulsó para ser tutor de residentes? ¿Qué te ha aportado serlo?
En principio el impulso inicial quizás fue un poco por ver realmente hacia donde me llevaba. Después me vino muy bien ya que me motivó mucho a la hora de dedicarme a aspectos de mi profesión que yo no había desarrollado previamente, por ejemplo, la cirugía menor que yo empecé porque mis residentes se interesaron en ella, entonces yo me metí en ese terreno y ahora llevo la cirugía menor del centro. Por otra parte, también es verdad que tiene una época, porque el hecho de tener un residente, remueve un poco la consulta y produce un cierto desbarajuste. Los residentes hacen no tener todas las cosas en tu propia cabeza en una profesión en la que hay miles de detalles y que debes ser consciente de los mismos cuando ves un paciente, porque son una biografía de salud de largo tiempo. Nosotros tenemos hecho un perfil de cada paciente y los conocemos bastante bien desde tiempo atrás y un residente altera un poco esa dinámica. Pero indudablemente te fortalece como profesional porque te aporta y te refresca. Realmente la experiencia fue muy positiva.
¿Algún consejo para los futuros médicos/residentes?
Bueno que desde luego no esperen ser ricos con la medicina (risas). Tienen que ser consciente de que la medicina primaria prácticamente donde funciona es en la medicina pública por lo que el salario va a ser un sueldo público. Es verdad que no es un mal sueldo si lo comparas con el resto de ciudadanos, pero tampoco es un gran sueldo. Así que en ese sentido que sean consciente que si desean una vida de mucho nivel se tienen que dedicar a otras especialidades o a otras cosas.
Pero sin duda desde el punto de vista humano, es una de las profesiones más interesantes y más bonitas que hay.