¡Qué me voy para Sevilla! Un relato informal.
¡Hola queridos lectores! Mi nombre es Graciela, soy Residente de MFYC de la Zona Sur (mi Centro de Salud es Utrera Norte), y vengo de un pueblecito de la costa malagueña. Estudié la carrera en Málaga y no me preparé el MIR directamente tras acabar la carrera sino que trabajé un tiempo. Cuando me encontré preparada para el esfuerzo que supone el MIR lo hice, ¡y me salió bien!
Dudé con otras especialidades pero finalmente me veía siendo Médica de Familia, así que, empezó el arduo camino de decidir dónde haría la formación como residente. Único requisito geográfico: Andalucía, eso lo tenía claro. Pregunté en prácticamente todos los hospitales de mediano/pequeño tamaño (sabía que no quería uno grande).
Prefería vivir en una ciudad más o menos grande a vivir en un pueblo, cosa ciertamente complicada porque en las ciudades grandes los hospitales suelen ser igualmente grandes.
La primera vez que escuché hablar sobre Valme fue en el Hospital Comarcal de La Axarquía, donde una compañera de carrera me dijo ‘¿y por qué no me preguntas allí? me han dicho que está genial’.
Lo hice. Contacté con resis de familia y todos me trasmitían un entusiasmo increíble, estaban hipercontentos. Mira que pregunté en sitios, ¡pues en ninguno la gente estaba tan motivada!
Valme reunía todas las características que yo iba buscando: hospital mediano con un número no muy alto de residentes pero suficientes para hacer piña y tener una nutrida vida social (somos unos 50 aproximadamente, 12 de Familia). Está a las afueras de Sevilla (área sur) por lo que me permitía vivir en la ciudad.
Sevilla es una ciudad muy cómoda para vivir, bien comunicada, buen tiempo (en verano se sobrevive), bicifiendly, con ambiente y eventos de casi todo lo que se te ocurra… en fin, para mi ¡todo era perfecto!
Elegí la plaza y llegó el segundo reto: encontrar un piso de alquiler en Sevilla. Tuve suerte. O quizás no es tan difícil como lo pintan.
No conocía la ciudad, las zonas, los barrios, etc. Hice una gran labor de investigación con ayuda de gente que sí que conocía la ciudad y, de nuevo, los resis mayores que siempre estaban (y están) dispuestos a ayudar. Quería que fuera cerca una estación de tren/parada de cercanías lo que me permitiría ir en tren a trabajar y evitar el atasco de hora punta en la SE-30. Sevilla y Utrera están conectadas por una línea de cercanías, que además es la misma línea que para a 4 min del hospital.
Concerté en un día 10 citas para visitar pisos buscados en páginas webs varias. Me cogí el coche y a una amiga/taxista que me acompañó y conseguimos llegar a tiempo a todas ellas. Al final del día ya tenía casa en Sevilla por un precio razonable y en un barrio que me gustó.
Con toda la logística a punto y la incertidumbre correspondiente, daba comienzo ‘mi nueva vida’ en Sevilla. Lo demás fue sobre ruedas y, hoy, volvería a dar los mismos pasos y a tomar las mismas decisiones.