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El trato cercano con el paciente


A continuación os presento una pequeña entrevista a una persona que conozco desde hace poco tiempo, pero con la que paso muchas horas. Una persona que yo he llegado a admirar por cómo es capaz de llevar tantísimas cosas para delante y hacerlas todas bien y a tiempo y, todo esto, sin quitarle tiempo a sus pacientes, parándose cuando es necesario. Ella es mi tutora, la que me va a guiar durante mi residencia, la Doctora Inmaculada Gabaldón del Centro de Salud de Las Palmeritas.

¿Cuándo te planteaste ser médico y por qué?

Me lo planteé con 18 años a raíz de la muerte de mi padre por un infarto de miocardio. En ese momento pensé que debía haberme dado cuenta de que mi padre no estaba bien.

En cuanto a la especialidad, ¿tu primera opción fue la Medicina de Familia? ¿Por qué?

No lo tengo claro, me gustan las que tienen parte quirúrgica, pues me gusta eso de hacer cosas. La Medicina de Familia me gustó por lo completa que es. Por otro lado, oftalmología también me gustaba mucho, pero pensé que estudiar tanto para un órgano tan pequeño... (risas). Además, cuando viene la enfermedad de pronto el no poder hacer nada… es frustrante.

Una vez terminada la residencia, ¿tenías claro que querías dedicarte a la Atención Primaria y trabajar en un Centro de Salud o preferías otras opciones como las urgencias hospitalarias o el DCCU?

Tenía clarísimo que quería la Atención Primaria, trabajar como Médico de Familia propiamente dicho, ya que quería tener un trato cercano con el paciente y poder llevar su seguimiento.

Durante tu trayectoria laboral habrás conocido muchos pacientes con sus problemas, ¿qué caso destacarías por el impacto que causó en ti?

Me gustaría destacar el caso de una chica de unos 30 años de edad de mi cupo que ha fallecido recientemente por cáncer de endometrio. Estando yo de vacaciones este verano pasado vino de urgencias con muy mala cara y se le pidió un hemograma donde se objetivó una hemoglobina de 2.3g/dl, se derivó al hospital, se estudió y se diagnosticó, con tan mala suerte de que ya había metastatizado. Nunca me refirió problemas menstruales, además nunca quiso hacerse una citología (con esto se habría diagnosticado). Una vez la cité para una y fue imposible llevar a cabo la prueba porque no se dejó. Quizás por eso no la derivé al ginecólogo. Tenía muy buena relación con ella, nos entendíamos bien, la ayudé a perder peso, le regulé el tiroides…

Ahora sus padres me echan en cara el no haberla diagnosticado.

Este caso me ha dolido especialmente, pero creo que volvería a hacer lo mismo, porque creo que clínicamente se ha hecho todo lo posible. Me fui de vacaciones con un hemograma normal en junio y cuando volví me encontré esto, no pude ver esa anemia.

Además de Médico de Familia y Tutora de Residentes, eres Directora del Centro de Salud Las Palmeritas, ¿cómo se compaginan tantas cosas? ¿Imaginabas que un Director de un Centro de Salud tenía la responsabilidad y el volumen de trabajo que has encontrado?

Se compaginan priorizando y rascando tiempo de donde puedo. Con respecto a mi papel como directora del centro, no me imaginaba que el trabajo iba a ser como es, pero siempre imaginé que conllevaría mucho trabajo.

¿Encontraste muchas dificultades en tu camino hasta que te vistes ubicada en tu actual puesto de trabajo?

Fueron casi 3 años de mucho cambio, me montaba en el coche y no sabía si ese día tenía que coger la carretera de Málaga, Huelva o cualquier otra. Cuando eres residente estas en un centro donde te conoces todo el funcionamiento y a todo el personal y de buenas a primera estas cada día en un centro diferente donde todo funciona diferente y te descolocas, no sabes donde estas…

¿Crees que la Atención Primaria tiene el reconocimiento que debería tanto desde el punto de vista de otros facultativos hospitalarios como desde el punto de vista político y ciudadano?

No.

¿Qué crees que se podría cambiar en la Sanidad Andaluza o Española para mejorar la Atención Primaria?

Desde mi punto de vista, pienso que hay que realizar más inversiones, pues esto no se trata de un voluntariado. Hay que invertir en personal, de modo que se pueda dedicar más tiempo al paciente, y en medios.

Desde tu experiencia, ¿qué consejo le darías a un Residente que está empezando su especialidad?

Que durante estos cuatro años tiene que ser una esponja, tanto para lo bueno y como para lo malo. Después, como persona individual, debe tomar sus propias decisiones y formar su personalidad como médico.

Finalmente, ¿qué destacarías de la Medicina de Familia desde el ámbito de la Atención Primaria?

Pienso que somos unos privilegiados, pues somos los únicos que tenemos el privilegio de acompañar al paciente a lo largo de toda su vida. También tenemos en nuestras manos la confianza máxima del paciente, en nosotros se apoya y se desahoga, a nosotros viene a pedirnos consejos, muchas veces acerca de temas que van más allá de lo sanitario. Esta óptica y este privilegio no lo tiene ningún otro profesional sanitario.

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